Las Jornadas de Palma de Mallorca y el triangulo Lógica-Informatica-Derecho

AutoreMiguel Sánchez-Mazas
CaricaPresidente del CALIJ
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En la isla luminosa de Ramón Llull, el genial ermitaño, teólogo y visíonarío mallorquín que concibió a finales del siglo XIII, con su Árs Magna, una combinatoria universal de conceptos, inspiradora del Ars Combinatoria y de la lógica algorítmica de Leibniz y, a través de ésta, de toda la ciencia de la computación y la informática de hoy - pero, en especial, de la que aspira a manipular con rigor conceptos tan eminentemente cualitativos como los que se relacionan con la norma, el deber y el valor - tuvieron lugar hace unos meses las primeras Jornadas mediterráneas de Lógica e Informática Jumdica (Palma de Malorca, 22-27 de noviembre de 1982).

Tales jornadas, organizadas gracias a una estrecha y cordial colaboración entre el Departamento de Filosofía del Derecho de la Universidad mallorquína, a la sazón dirigido por el Profesor Manuel Átienza - joven jurista especializado en problemas de lógica jurídica, y el Centro de Análisis, Lógica e Informática Jurídica que yo presido, con la contribución entusiasta y generosa de la Facultad de Derecho y el Servicio de Informática de la Universidad balear, el Colegio de Abogados de Baleares, el Colegio Notarial de Baleares, la Delegación Territorial de Baleares del Colegio Nacional de Registradores y la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Baleares «Sa Nostra», sirvieron al ambicioso propósito de asociar por primera vez juristas, lógicos e informáticos franceses, italianos y portugueses de prestigio internacional y profesores, investigadores y estudiantes españoles de tales materías en una intensa semana de reflexión y discusión interdisciplinaría orientada y delimitada por el triángulo Lógica-Informática-Derecho.

El futuro práctico del triángulo Lógíca-Informático-Derecho se deriva esencialmente de la necesidad y de la posibilidad de responder con rigor y eficacia a una exigencia que con insistencia creciente nos plantea el actual momento histórico, científico y social: la de afrontar las relaciones entre estas tres esferas de pensamiento y de actividad como en presupuesto ineludible para que, en las actuales circunstancias, el Derecho pueda seguir cumpliendo, frente a la constante amenanza de Babel y de caos, su función esclarecedora y reguladora de las relaciones entre los hombres.

Esta exigencia y estas relaciones pueden comprenderse y deben satisfacerse en los dos sentidos de rotación en que, por así decirlo, podemos recorrer el simbólico triángulo que nuestro Centro de Análisis, Lógica e Informática Jurídica - siguiendo la orientación y las iniciativas interdisciplinarias delPage 12 Instituto para la Documentación Jurídica de Florencia, que culminaron en el Congreso «Lógica, Informática, Derecho» de abril 1981 - ha elegido como emblema de su preocupación y de su actividad, a saber, en el sentido de las agujas del reloj, que nos lleva de la Lógica a la Informática y de ésta al Derecho, y en el sentido opuesto, que nos conduce de la Informática a la Lógica y de ésta de nuevo al Derecho.

El primer aspecto de esta exigencia y de estas relaciones - correspondiente al primer sentido de nuestra imaginaría rotación - se origina en la creciente crisis, próxima al colapso, que a escala mundial se está produciendo por la inexorable - y, a veces, ciega y anárquica - proliferación de normativas de todo tipo - nacionales, regionales e internacionales - que el gran jurista informático alemán Spiros Simitis ha definido muy acertadamente como «crisis informacional del Derecho» («Informationskrise des Rechtes») y que nosotros podríamos describir, de modo más castizo, diciendo que en la esfera de la producción jurídica empieza a ocurrir, en todos los paises y a todos los niveles, lo que venía ocurriendo ya en otras esferas productivas: «que la mano izquierda sabe cada vez menos lo que hace la derecha».

Las enseñanzas y conclusiones que deben deducirse de esta situación saltan a la vista de todos.

Si, por ejemplo, en España, la normativa estatal ha alcanzado la impresionante cifra de 300.000 disposiciones al año y si la triple realdad, para nosotros reciente, de una Constitución democrática, de 17 Autonomías y de la necesidad y voluntad de integración política y jurídica en Europa exigen de cada nuevo proyecto de Ley y de cada decisión del Gobierno el triple control de su constitucionalidad y de su compatibilidad y armonía, en la letra y en el espíritu, con las normativas autonómicas e internacionales, resulta de una claridad meridiana que tal exigencia sólo podrá afrontarse con el indispensable rigor, rapidez y eficacia utilizando como auxiliar la informática jurídica, que ya emplean regularmente los Gobiernos y las Cámaras de los países más adelantados.

Llegaremos a conclusiones análogas si de la esfera de los poderes ejecutivo y legislativo nos transladamos a la del poder judicial, donde la plétora - también próxima al colapso - de nuestros tribunales origina retrasos y perturbaciones inauditas en la administración de la justicia, que son causa directa - según universal testimonio - de en creciente malestar e inestabilidad social y del escandaloso hacinamiento y promiscuidad inhumana de nuestras cárceles, donde millares de hombres y mujeres en prisión preventiva esperan meses y hasta años que se les haga la justicia a que tienen derecho, suscitando constantemente huelgas de hambre masivas, plantes, motines y crímenes y constituyendo una grave amenaza para la paz y la convivencía nacional y para la confianza en la democracia y en la justicia.

También aquí diversos ptises han intentado afrontar con rigor y responsabilidad los problemas que, con carácter crecíente, se plantean, dotando de los necesarios serados de informática jurídica ya los Tribunales Supremos -Page 13 como ocurre en la Corte di Cassazione de Roma, ya los Ministerios de Justicia, como ha hecho la República Federal de Alemania, sin olvidar la esfera de las distintas profesiones jurídicas: notarios (donde las experiencias francesa y belga ya son antiguas e importantes), registradores, abogados o filósofos del Derecho e investigadores de la esfera jurídica, en general.

Lleguemos ahora al tercer vértice del triángulo: la Lógica. Si es cierto que la justicia y la práctica del Derecho, en general - tanto en el aspecto de su elaboración legislativa como en el de su interpretación y aplicación mediante las resoluciones del poder ejecutivo y judicial, no pueden seguir...

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